Hay quienes afirman antes de comprar un buen libro que comer
es primero,
en este pais cualquiera se arrepiente de leer un libro por
pura conveniencia alimenticia.
Como por rutina diaria, los nicaraguenses nos hemos
predispuesto a ganar los verdes en el trabajo informal poco remunerado, se
sobreentiende a la mano de obra barata como la maldición de los pobres.
Se ha repetido mil veces que en este pais nadie lee, ni por
conveniencias personal, no se le queda nada en la mente, lo único que se le
pega es la propaganda intensiva que le inyectan los politiqueros usureros que
practican la demagogia y el populismo
magistralmente como maestro de magia blanca.
El mercado editorial ha sido timido en este sentido, editándose
actualmente deficientes revistas y opúsculos que no representan en nada la producción
cultural deseable en estos tiempos de demanda educativa e intelectual cada vez
mas grande.
Las dinámicas socioculturales son el mejor ejemplo para
promover con auge las potencialidades y talentos de la persona.
Es difícil concretar objetivos solidos para beneficio del
conglomerado espectador de la cultura, cuando existen unos objetivos del
Milenio que no se cumplen para nada, a pesar de los aguijonazos que da la Organización
de las Naciones Unidas.
Es como una pantalla inútil los esfuerzos que se han hecho
por mantener a una ciudadanía educada de buenas a primeras, porque la clase
alta que es la mas aventajada en conocimientos y técnica es reacia a convivir
con la clase menos favorecida, por que será que existe demasiada hipocresía y
maldad, algún día será de dia, dice el refrán tautológico, que me fascina
escucharlo entre mis contertulianos.
Se han experimentado innumerables casos de deudas
pendientes, con nuestros grandes próceres del pensamiento como Joaquin Pasos
cuyo centenario transcurrió en el desconocimiento publico, y Juan Aburto, el
mas grande maestro de la cuentistica nicaraguense.
Reflexione, querido lector, sobre los paradigmas del
socialismo intercultural, ante esta jaula inmisericorde de lobos salvajes.
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